martes, 6 de marzo de 2012

Reir Llorando!!


Reír llorando

Viendo a Garrit actor de la Inglaterra, el pueblo al aplaudirlo le decía, " eres el más gracioso de la Tierra, y el más feliz " y el cómico reía. Víctimas del spleen los altos lores, en sus noches más negras y pesadas, iban a ver al rey de los actores y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso, llegose un hombre de mirar sombrío;
- "Sufro" le dijo – "un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mío. Nada me causa encanto ni atractivo, no me importa ni mi nombre ni mi suerte, en un eterno spleen muriendo vivo, y es mi única ilusión la de la muerte." - Médico: viajad y os distraeréis?

 - Tanto he viajado.
 - Médico: la lectura buscad.
- Tanto he leído.

- Médico: que os ame una mujer.
- Si soy amado.

- Médico: un título adquirid.
- Noble he nacido.
- Médico: pobre seréis quizá?
- Tengo riquezas.

 - Médico: de lisonjas gustáis?
- Tantas escucho.
- Médico: que tenéis por familia?
- Mis tristezas.

 - Médico: vais a los cementerios?
 - Mucho mucho.
- Médico: de vuestra vida actual tenéis testigos?
- Si, mas no dejo que me impongan yugo, yo les llamo a los muertos mis amigos y a los vivos les llamo mis verdugos.
 - Médico: me deja vuestro mal perplejo, mas no debo acobardaros, tomad por receta hoy este consejo. Solo viendo a Garrit podéis curaros.
- A Garrit?

 - Médico: sí,  a Garrit. La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa todo aquel que le ve muere de risa tiene una gracia artística asombrosa.
- Y a mi me hará reír?
- Médico: si, os lo juro. Mas, que os inquieta?
Y así dijo el enfermo.
No me curo – yo soy Garrit cambiadme la receta.


¡Cúantos hay que, cansados de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio, hacen reir como el autor suicida sin encontrar para su mal remedio! ¡Ay ! ¡ Cuántas veces al reír se llora!.. ¡Nadie en lo alegre de la risa fíe, porque en los seres que el dolor devora el alma llora cuando el rostro rie! Si se muere la fe, si huye la calma, si sólo abrojos nuestras plantas pisa lanza a la faz la tempestad del alma un relámpago triste: la sonrisa. El carnaval del mundo engaña tanto; que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas.

Juan de Dios Peza (mexicano)